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Secuestradores del 11 de Septiembre reclutados por la CIA

Actualizado: 5 jun 2023

Al menos dos secuestradores del 11 de septiembre fueron reclutados en una operación conjunta encubierta de la CIA y Arabia Saudita, según revela un nuevo expediente judicial. Una declaración de 21 páginas, presentada por Don Canestraro, investigador principal de la Oficina de Comisiones Militares, arroja luz sobre la relación entre Alec Station, una unidad de la CIA encargada de rastrear a Osama bin Laden y sus asociados de Al Qaeda, y dos secuestradores del 11 de septiembre, cuya conexión fue ocultada por el FBI en niveles superiores.


El documento, obtenido por SpyTalk, resume revelaciones clasificadas del gobierno y entrevistas confidenciales con altos funcionarios de la CIA y el FBI. Varios agentes que colaboraron con Canestraro encabezaron la Operación Encore, una investigación cancelada y de larga duración sobre las conexiones del gobierno saudita con los ataques del 11 de septiembre.

A pesar de las extensas entrevistas realizadas y la recopilación de cientos de páginas de evidencia, la investigación Encore fue abruptamente detenida en 2016 debido a desacuerdos internos dentro del FBI sobre los métodos de investigación. El expediente judicial, originalmente publicado en 2021 pero con gran parte de su contenido censurado, revela que al menos dos secuestradores del 11 de septiembre fueron reclutados, ya sea consciente o inconscientemente, en una operación conjunta de inteligencia de la CIA y Arabia Saudita que pudo haber salido mal.

La unidad Alec Station, creada en 1996 bajo la supervisión de la CIA, estaba destinada a ser una iniciativa de investigación conjunta con el FBI. Sin embargo, los agentes del FBI asignados a la unidad se encontraron con restricciones para compartir información con la Oficina sin la autorización de la CIA, e incluso enfrentaron sanciones por hacerlo. Los intentos de colaboración con el escuadrón I-49 del FBI, con sede en Nueva York, fueron bloqueados repetidamente.

En 1999, cuando se temía un inminente ataque terrorista de gran escala en Estados Unidos por parte de Al Qaeda, la CIA y la NSA vigilaban de cerca a dos ciudadanos sauditas, Nawaf al-Hazmi y Khalid al-Mihdhar, que se cree que secuestraron el vuelo 77 de American Airlines que se estrelló contra el Pentágono el 11 de septiembre de 2001. Alec Station tuvo conocimiento de la presencia de al-Hazmi y al-Mihdhar en una reunión de Al Qaeda en enero de 2000 en Kuala Lumpur, Malasia. Sin embargo, en lugar de informar al FBI sobre la visa estadounidense de al-Mihdhar, Alec Station prohibió a dos agentes del FBI en la unidad compartir esa información. El informante "CS-3" del FBI reveló que el contacto de los secuestradores con Bayoumi, un empleado saudita, y el apoyo que recibieron "se realizó a instancias de la CIA a través del servicio de inteligencia saudita". Esto sugiere que Alec Station tenía como objetivo reclutar a al-Hazmi y al-Mihdhar mediante una relación de enlace, con la ayuda de la Dirección General de Inteligencia de Arabia Saudita.

El mandato oficial de Alec Station era rastrear a Osama bin Laden, recopilar información de inteligencia, ejecutar operaciones en su contra, interrumpir sus finanzas y alertar a los políticos sobre sus actividades e intenciones. Sin embargo, era inusual que una unidad compuesta principalmente por analistas de la CIA estuviera involucrada en el reclutamiento de activos humanos, un trabajo que normalmente correspondería a los oficiales de caso especializados en operaciones encubiertas en el extranjero.

Es importante destacar que las acciones de Alec Station y su encubrimiento posterior han generado críticas y sospechas sobre el conocimiento y la posible complicidad de Arabia Saudita en los ataques del 11 de septiembre.


La verdad sobre los eventos del 11 de septiembre sigue siendo un tema de debate y especulación. Como señaló Aukai Collins, un antiguo agente encubierto del FBI, en sus memorias, no está seguro de quién estuvo realmente detrás de los ataques y espera que algún día la verdad salga a la luz. Las revelaciones explosivas contenidas en este expediente judicial son motivo de preocupación y exigen una investigación exhaustiva para determinar la responsabilidad y el alcance de la participación de la CIA, Arabia Saudita y otros actores en los eventos trágicos del 11 de septiembre de 2001. Solo mediante la búsqueda de la verdad y la rendición de cuentas se puede esperar evitar tragedias similares en el futuro

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